Un artesano enfundó su cabeza en una máscara de hierro para protestar por la falta de trabajo, pero antes de sellar la careta se cosió los labios y encadenó sus manos y pies.
Miguel Aldana, de 52 años, aseguró a la AP que tomó la determinación hace cinco días por la impotencia de no poder conseguir un préstamo bancario y contratos para su microempresa de confección.
Aldana, cuyos ojos tristes y boca cosida se pueden ver a través de la tosca careta, pide ayuda económica para desarrollar su labor. También exige al Estado el derecho a la salud subsidiada de su esposa e hijos.
El hombre, que se atrasó en los pagos de su alquiler, desconsolado vio como el dueño de la casa donde vivía le impidió entrar, tras ponerle un candado a la puerta de ingreso a su residencia.
''Me atrasé en los arriendos porque les compré calzado a mis hijos para ir a la escuela. No le pude cumplir al dueño de la casa'', comentó Aldana a APTN.
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