SANTO DOMINGO.- Las jóvenes Flor y Rosmery tenían el sueño de construir las casas de sus respectivas madres y apartamentos para ellas, y así darle una mejor calidad de vida a sus hijos, proyectos que las llevaron a aventurarse en un viaje que se convirtió en una pesadilla por más de tres largos meses.
Ellas conocieron a una persona que les ofreció visado para viajar a España, según explicaron, donde tendrían la oportunidad ganar el dinero y así realizar sus más anhelados sueños.
Informaron que salieron de Santo Domingo en un viaje hacia España el pasado día 21 de junio, pero para su sorpresa, el destino fue una ciudad de Turquía, donde vivieron 90 días que describieron como crueles.
Para realizar el “viaje de sus sueños”, hipotecaron casas, tomaron préstamos, hicieron colectas familiares y otros “líos”. En el viaje gastaron RD$300,000, más una cantidad superior a los US$2,000 que se llevaron cada una, para pasar los primeros días fuera de su tierra hasta que encontraron un buen trabajo.
Empero, los recursos fueron consumidos por las mismas personas que se las llevaron, supuestamente para pagar sellos y otros impuestos que requerían para legalizar sus visas.
Las damas explicaron que contrajeron también el compromiso de que cuando consiguieran la visa, pagarles US$1,000 a la persona que les gestionó el viaje. Narraron que en Turquía fueron alojadas en un hotel donde duraron varios días pagando US$25 diario hasta tanto llegaron los documentos legales, pero nunca los recibieron.
“Cuando se nos acabó el dinero llamamos a Santo Domingo para que nos mandaran, porque el resto del dinero que llevamos nos los gastaron esas personas, supuestamente haciendo diligencias para conseguirnos las visas que nunca aparecieron”, explicaron.
OdiseaDijeron que de ahí fueron llevadas a Estambul, donde les tocó vivir una semana en un parque, a la intemperie, pasando hambre y sin bañarse, porque no tenían un centavo ni tampoco hablaban el idioma. Detallaron que en ese lugar comían pan y agua, pues con los fondos que les quedaban, no podían comprar más nada.
Narraron que justo a la semana de estar en ese lugar, llegó una persona que hablaba español, quien les ofreció su mano amiga.
A esa persona, a la cual tampoco citaron por su nombre, le entregaron los pasaportes y de ahí las condujo a una oficina donde supuestamente les entregarían los pasaportes sellados con la visa. Pero para su sorpresa, en ese lugar donde les prometieron entregarles las visas selladas, fueron trancadas en una habitación donde las obligaron a recibir hombres.
“El nos dijo que nos habían comprado por US$3,000 a otra amiga que andaba con nosotras. Duramos una semana ahí trancadas y en ese tiempo pudimos hacer contacto por internet con nuestras familias, que de inmediato se comunicaron con la Red Nacional de Trabajadores Contra la Trata y Tráfico de Personas”, informaron.
Mientras sus familiares en República Dominicana hacían las gestiones para que regresaran, ellas idearon un plan para escapar de esa prisión donde fueron obligadas a prostituirse.
“Mientras ellos se quedaron medio dormidos en la madrugada, nosotras salimos por una ventana que teníamos ubicada. Nos fuimos sigilosamente por las calles y nos subimos en un tren que nos llevó al hotel donde fuimos llevadas la primera vez”, agregaron.
Citaron que, como donde estaban encerradas tampoco consiguieron dinero, quedaron de nuevo en la calle, donde los implacables rayos del sol, las frías noches, la lluvia, el hambre y la desesperación, hicieron presa de ellas.
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